El punto de partida de la dinámica de la escuela es el centro, el Qi Gong, la madre de todas las prácticas. Esta será la base desde donde desarrollaremos la mente de principiante, el estado en el que podemos aprender continuamente.
El Qi Gong será el punto de partida y fin en sí mismo en la formación personal del instructor, educador, profesor, como instrumento afinado y sensible; para iniciar el aprendizaje de las técnicas, métodos y filosofías.
Por qué las podemos articular? Porque todas tienen el mismo fin, el trabajo sobre el ser, la Unidad.
Todas las disciplinas son métodos que nos llevan al autoconocimiento, como herramientas que nos permiten transitar asumiendo el compromiso y la responsabilidad sobre nosotros mismos.
El aprendizaje es vivencial, respaldándonos en el estudio de sus filosofías y técnicas como fundamento.
La escuela es entonces un espacio de intercambio de ideas, metodologías y experiencias, con conciencia del valor del trabajo en equipo, para favorecer la INTEGRACIÓN, TRANSMISIÓN, INVESTIGACIÓN Y COOPERACIÓN.